sábado, 13 de abril de 2024

11.2023 EL CRONISTA. "San Esteban, San Juan de Ribera y San Jerónimo"

 Por Francisco Javier García Carrero

Cronista Oficial de Arroyo de la Luz

 El día 10 de abril de 2024 el proyecto del profesor Toranzo y de la Asociación Photones, volvió a ponerse de largo. En este caso, el trabajo salió por primera vez, y esperemos que no sea la última, de las estrictas fronteras locales para llegar nada menos que a la Asamblea de Extremadura, la sede de la soberanía regional. Allí, con inusitada expectación nos recibieron, con su presidenta Blanca Martín a la cabeza, una parte de nuestros representantes políticos que, junto a varios medios de comunicación, hicieron de todos los que hasta allí nos desplazamos una jornada repleta de gran ilusión. Entre todos estábamos logrando que nuestro gran pintor del renacimiento tuviese un nuevo reconocimiento popular. La comitiva que encabezaba nuestro alcalde, junto a varios miembros de su corporación municipal, estuvo compuesta por cerca de cincuenta arroyanos. En definitiva, una jornada cultural perfectamente organizada desde hacía varios días por la amiga Loli Higuero.

Aprovechando esta jornada, este cronista quiere completar con un breve análisis las tres obras que faltan por comentar de este espectacular trabajo, que habíamos iniciado hace ya algunos meses, y que por diversas cuestiones había quedado interrumpido. Las tres últimas obras a las que nos referimos son la de San Esteban del Museo del Prado, la de San Juan de Ribera de la misma pinacoteca y la de San Jerónimo, una tabla que se encuentra en nuestro excelso retablo de Arroyo de la Luz.

El San Esteban de Morales es una pintura de técnica mixta sobre tabla de reducidas dimensiones (67 x 50 cm). La obra del Prado es una copia de un original que se conserva en el Museo de Bellas Artes de Asturias. El Divino nos muestra el episodio de la lapidación después de que el sanedrín de Jerusalén le condenara por blasfemia al decir “veo el cielo abierto y al Hijo del Hombre de pie a la derecha de Dios”. Condenado, y mientras lo apedreaban, san Esteban realizó la invocación a Jesús para que recibiera su espíritu antes de doblar las rodillas y perdonar a los que le martirizaban. Con la muerte del joven diácono se inició la persecución a todos los cristianos que dirigió Saulo, futuro San Pablo.

@Museo Nacional del Prado (Madrid)
@Museo de Bellas Artes de Asturias

Pero resulta obvio que Morales no nos traslada la propia lapidación, no se observa por ninguna parte el grupo de hombres arrojando las piedras, solo pintó una de ellas colocada sobre la cabeza del primer mártir de la Iglesia Cristiana que, con lágrimas cayendo por sus mejillas y un hilillo de sangre por el cuello, nos traslada a un cristiano ejemplar que se sitúa frente al espectador de manera muy cercana y contemplativa y aceptando de buen grado el martirio que le trasladará muy pronto hasta el cielo. La obra del Prado presenta en la esquina superior izquierda la figura de Cristo bendiciendo que no aparece en Oviedo. Técnicamente Morales asimila las novedades del renacimiento italiano (composición piramidal, zonas donde el color se vaporiza), pero no olvida la tradición hispanoflamenca donde la pincelada minuciosa y detallista es más propia de la pintura flamenca que completa sobre un imaginativo paisaje de fondo.

En esta obra el profesor Toranzo contó para interpretar al mártir con el rostro de Florentino Alonso, aunque la parte superior del cráneo, donde está incrustada la piedra, corresponde a José Luis Bermejo. Por otro lado, aunque de escasa dimensión, en la parte superior se encuentra un Cristo Salvador que fue interpretado, una vez más, por Juan José Moreno.

@Antonio J. Pérez Toranzo

El San Juan de Ribera del Museo del Prado, es el penúltimo trabajo que comentaremos, y el único que se tomó fuera de la localidad de Arroyo. Concretamente el profesor Toranzo y su modelo, Román Tejado, con parecido espectacular con el original, trabajaron durante la pandemia en el I.E.S San Pedro de Alcántara, población donde entonces desarrollaban su profesión autor y modelo.

@Museo Nacional del Prado (Madrid)

La obra del retrato del obispo San Juan de Ribera es una tabla aún más pequeña que la anterior (40 x 28 cm.), y es de los pocos retratos civiles españoles que existen del siglo XVI, lo cual nos habla también de la capacidad del Divino como retratista. Juan de Ribera fue mecenas del pintor, arzobispo y virrey de Valencia. Fue retratado por Morales en 1564 y con vestimenta de clérigo y alzacuello abierto y alejado, por consiguiente, de las vestiduras episcopales. El rostro del futuro santo, de tres cuartos, está atento a su propia introspección psicológica personal y completamente al margen del espectador con el que no mantiene ningún contacto visual.   

@Antonio J. Pérez Toranzo

Por último, el San Jerónimo de nuestro retablo es la última de las obras interpretadas por el profesor Toranzo, concretamente fue trabajada en julio de 2023 y sirvió para explicar ante el público en general, el día de la presentación de estas obras, el proceso fotográfico y de digitalización de todo este proyecto. En este caso, el personaje de San Jerónimo está interpretado por un modelo de aspecto físico semejante al original, Martín Panadero, otro miembro de Photones, lo que permitió al autor completar un estudio relativamente fácil de editar y donde el attrezzo está tomado de la propia iglesia de la Asunción (telas, crucifijo, cíngulo).

@Retablo Mayor Iglesia de la Asunción (Arroyo de la Luz)

San Jerónimo penitente es un tema artístico bastante frecuente en el arte cristiano, tanto en escultura como en pintura. Morales nos presenta una vez más un pequeño cuadro donde paisaje y anatomía se entremezclan a la perfección. El santo, parcialmente desnudo, está sumido en un misticismo religioso muy característico de este personaje donde la oración, la penitencia y la meditación afloran como elementos consustanciales de la obra.

@Antonio J. Pérez Toranzo

En resumen, la obra de Toranzo y Photones con la ayuda de las instituciones y sin olvidarnos del apoyo popular de los vecinos de la localidad, no deja de ser “música celestial” para los sentidos. Con todo ello hemos conocido un poco mejor a nuestro insigne artista extremeño muy reconocido en el siglo XVI en todos los ámbitos culturales y del poder monárquico. No en vano, en el verano de 1580 residiendo en Badajoz, y ya mayor y cansado, volvió a encontrarse con el rey Felipe II camino de su nuevo reino de Portugal el que le dijo “muy viejo estáis, Morales”; “sí señor, muy viejo y muy pobre”, contestó el artista. Fue entonces cuando el monarca le asignó de las arcas municipales “doscientos ducados para comer”, a lo que habría replicado con toda modestia el artista, “señor, ¿y para cenar? Por lo que el rey le otorgaría, comprensivo, otros cien más.      


@Ayuntamiento Arroyo de la Luz (Foto: Loli Higuero Padilla)

@Asamblea de Extremadura

@Ayuntamiento Arroyo de la Luz (Foto: Loli Higuero Padilla)

ESPARTACO EN LA NOVENA

   José Luis Solano Rodríguez                 

                          La Virgen de la Luz en la Parroquia de la Asunción en la década de 1960                                          

La Novena es un hecho socio-religioso, e incluso  político, en la vida de Arroyo de la Luz a lo largo de la historia.  Aglutinador  social, “lazo de unión de todos los arroyanos” que describe la oración novenaria, por encima de creencias religiosas e ideológicas, fundamentado en la devoción a la Virgen de la Luz,  designada patrona de la villa por su Ayuntamiento, que ejerció su patronato durante siglos, al igual que sobre la  Iglesia de la Asunción, Convento y ermitas respaldada por la jerarquía católica, a  que acude la población en sus rogativas y plegarias, bien con carácter colectivo ante necesidades climatológicas –agua, preferentemente-, epidemias,  guerras…, o por asuntos familiares o personales, también como hecho social, cultural, de costumbre que ha movido a ingente cantidad de personas y que va decreciendo en el  tiempo.

    

     Provocaba un gran movimiento ciudadano, incluso de otras poblaciones,  a los actos religiosos celebrados en la parroquial, donde se instala la imagen, traída desde su ermita,  Durante su estancia, se celebra una misa matinal y otras en la tarde, siendo la última, al anochecer, precedida de rosario, oraciones especiales diferentes por día de Novena,   acompañada de un sermón principal en su homilía   a cargo de algún memorable religioso traído de fuera de la localidad –José Luis Cotallo, Pedro Rubio Merino, que además de en lo religioso destacó en lo cultural, tanto en Extremadura como en Andalucía…- , ante la ausencia de  frailes en el Convento desde 1835, que lo tenían asignado por el Consistorio municipal, siendo  una de las fuentes de ingreso de los pobres hermanos descalzos al estipularle una cantidad, como tampoco se encargaban de cruzar las puertas de ambos templos con Ella sobre sus hombros, que el resto del camino, entre las cruces del Patín y la del casco urbano a poniente, correspondía a los vecinos seglares, principalmente a los regidores munícipes. Antes de esas plegarias diarias que acompañan al rosario, creadas en el s XIX por el fraile agustino Benito García, malpartideño precisamente, se mencionan “novenas de misas”, simplemente, como misas a la Virgen durante nueve días.  La eucaristía última congregaba mayor número de asistentes, hasta llenar la iglesia; se los dividía según    la costumbre anterior al Concilio Vaticano II (1962-1965) por sexo, que D. Vicente Castro imponía todavía, aunque el sustituto, D. Ciriaco, ejerciera como párroco: hombres a la  izquierda, al  lado del evangelio,   y mujeres a la    derecha, frente al lugar de lectura de la epístola –muchas con escapularios, las más mayores con pañuelos en la cabeza, las demás con velos de blonda en ella-, teniendo ellos  preferencia para sentarse, que “venían de la labor”, prioritaria a la doméstica y sin reivindicarse discriminación.

      Ese movimiento, la salida de casa del vecindario hacia la parroquia, a la plaza, a lo largo de las celebraciones,  repercutía sobre los negocios y empresas con fines sociales: tiendas, bares, bailes…y el cine de la localidad. En los años sesenta del siglo pasado fue una época de esplendor social en este sentido. Si miramos hacia el cine, se implicó y sirvió al colectivo arroyano. La empresa  había  construido una nueva sala adaptada a los tiempos, inaugurada en agosto de 1961, para 1.300 espectadores, cuando Arroyo ya había descendido de los 10.000 habitantes.


Durante la Novena, el Cine Solano procuraba proyectar el domingo  una película que fuera del máximo agrado del público, en tres sesiones de la tarde-noche,  adaptadas a las edades del público y  al  horario de la celebración religiosa. A principios de los sesenta destacó la proyección de  Espartaco, con Kirk Douglas, Tony Curtis, Peter Ustinov dirigidos por Stanley Kubrick, ganadora de 4 Oscars y con 196 min. de duración. El éxito fue apoteósico. Y que decir tiene que el presente, vinculado con la empresa, y dadas las características de la película,    vió, sin pestañear,  los tres pases con cena incluida (bocadillo de tortilla y chuleta, a la par que padre) en la cabina de proyección  en el último de ellos –vieja reivindicación, intentando ser mayor, cumplida - que finalizó bien pasada la una de la madrugada. Al día siguiente, a escuela, con recorte de horario de sueño, pero presumiendo de tal proeza en el recinto escolar y, en el recreo, todos queríamos ser Espartaco.

 

 

                                                                                                                      José Luis Solano Rodríguez