viernes, 26 de abril de 2019

PREGÓN A LA VIRGEN DE LA LUZ 2019 (25 abril) [Por Daniel Álvarez Salceda]


Foto: Máximo Salomón
       Siempre soñé con ser el pregonero de la Virgen de la Luz. Siempre confié en que algún día ese gran honor llegaría a mi casa. Pues bien, ya llegó y ya puedo contar lo que se siente, pero antes de que podáis leer y ver el pregón, os voy a contar algunas anécdotas que me han ocurrido en estos días; no sin antes mostrar mi agradecimiento a la Cofradía de la Virgen de la Luz por confiar en mí para esta enorme responsabilidad y en especial a Antonio, el Mayordomo, que ha estado siempre pendiente de mí. 
        Os voy a contar 3 cosas curiosas que me han ocurrido en relación a este pregón, a cual más interesante:
        1. Desde que sé que soy el pregonero, el único día que no he estado nervioso ha sido hoy. La explicación la tengo clara, la Virgen me ha ayudado a hablarle con tranquilidad.
      2. La mitad del pregón la escribí hace 2 meses a las 4 de la mañana en Urgencias del Hospital San Pedro de Alcántara con el móvil mientras esperaba pruebas para descartarme una apendicitis. Desde que se sabe que soy el pregonero, la gente ha tenido unas expectativas muy altas sobre mí. 
         3. Ayer, cuando decidí imprimir el pregón, se me acabó el cartucho de tinta en la última hoja, con lo que tuve que recurrir a mi amiga Loli para que me la imprimiera. Eso hizo que aparte del pregonero, hubo otra persona que pudo leer el pregón antes del día señalado. Gracias Loli.
         4. El Día de la Luz, cuando fui a la procesión del Santuario, al salir la Virgen empecé a notar palpitaciones pensando en el día de hoy. Me emocioné muchísimo y no sé por qué. Nunca me había pasado tan fuerte.
          5. Hoy en la Residencia, nos hemos emocionado todos cuando el cura le ha cedido el micro a una de ellas y ha dicho que ojala la Virgen de la Luz le durara muchos años (o lo que es lo mismo, que la lleven a la Residencia de Mayores durante muchos años).
           6. Yo no soy de chaqueta, pero una buena amiga me llamó un día para preguntarme que si quería ir con capa, que ella me prestaba la de su suegro. Pues dicho y hecho. Nunca me había puesto capa y hoy he estado muy a gusto. Gracias Marisa.
          7. En la procesión de subida, no me ha dado tiempo a pensar en el pregón porque Lluvia se ha negado a andar y la he tenido que llevar en brazos. El dolor de espalda me impedía pensar en nada más.
          8. Cuando empecé a hacer este pregón, tenía clara muchas cosas. Que no quería aburrir al personal, que tenían que ser palabras sencillas y humildes que todo el mundo entendiera, que tenía de mostrar mi devoción por la Virgen y que tenía que hablar desde el corazón. Y me decidí por hacerlo en verso y no sobrepasar los 10 minutos. Y una cosa que me impresionó cuando empecé a leerlo: EL SILENCIO ABSOLUTO se apoderó de la Corredera. Y otra cosa curiosa: lo que más le ha gustado a mucha gente ha sido rezar el Avemaría todos juntos en mitad del pregón.
               9. Es tal la responsabilidad que llevaba hoy, que mi pregón impreso lleva tachones a bolígrafo de última hora. Y cuando lo estaba leyendo, Lluvia no paraba de patalear porque quería bajarse de la silla donde estaba subida.
              10. Quiero dar las gracias a mi familia por estar siempre ahí, ya que sin ellos hoy no hubiera habido fotos de la bajada de la Virgen, jajaja!! A mi mujer y a mi hija por acompañarme en ese balcón. A mi madre, que aunque no ha ido por el frío, me ha tenido engañado mucho tiempo de que iba a ir. También quiero dar las gracias a las cientos de personas que se han acercado a felicitarme y darme la enhorabuena por el pregón, que espero sea de vuestro gusto. Aquí lo tenéis para leerlo o si queréis para verlo en este enlace de youtube:



PREGÓN A LA VIRGEN DE LA LUZ (25 ABRIL 2019)
[Por Daniel Álvarez Salceda]

Buenas noches Madre!! Bienvenida de nuevo a tu pueblo, bienvenida a tu casa. Agradecemos tu presencia entre nosotros un año más.
¡¡¡Buenas noches arroyanos y arroyanas!!! ¡¡Gracias por estar ahí recibiendo a la Luz que ilumina Arroyo, nuestra madre y señora!!
No os imagináis la alegría y el placer tan inmenso que siento esta noche al estar en este balcón dando la bienvenida a la Virgen de la Luz junto a todos mis paisanos, en mi querido pueblo. Este humilde servidor de Arroyo y su gente os envía un cariñoso y afectuoso saludo.
Hoy es uno de los días más importantes de mi vida. Es un honor tenerte tan cerca mi Virgencita del alma, que en tantos momentos de soledad nos acompañas y que tantos momentos de alegría nos das. La magia se siente muy cerca cuando estás en el pueblo y nuestro orgullo se multiplica.
Virgen de la Luz, aquí tienes a tu pueblo, recibiéndote con los brazos abiertos y el corazón encogido por la emoción de disfrutar de tu belleza, por la Fe que tenemos en ti y por esa suerte que tiene Arroyo de la Luz de tenerte como Patrona. Somos afortunados, eres nuestro más preciado tesoro…; que nos acompañas en nuestras casas, en nuestros coches, en nuestras calles, en nuestro pecho, en las cunas de nuestros hijos…. Eres omnipresente y esa es tu grandeza para con tu pueblo. Luzena, eres la Luz que ilumina Arroyo y la Luz que nos guía por este camino de luces y sombras que se llama VIDA.
Virgen de la Luz, aquí nos tienes a todos, rezando contigo y pidiendo tu protección, tu amor y tu bendición. Te amamos tanto que no podemos estar ni un solo día sin hablarte, sin nombrarte o simplemente sin recordarte. Sólo con mirarte se nos quita nuestro dolor, sólo con hablarte se nos quita el miedo y sólo con nombrarte desaparecen nuestras penas.
Aquí tienes a tus hijos, acompañándote con lágrimas de alegría, con sentimientos únicos y el alma engrandecida por tu presencia. Somos felices por poder acompañarte y quererte tanto. Esa felicidad se transmite a nuestros hijos a través de la Fe y del amor que sentimos por ti.
Mi madre me inculcó desde pequeño quererte, ir a verte, rezar todos los días y recibirte cuando vuelves al pueblo. De pequeño me colgaba una medalla en la cuna para estar siempre protegido y, me enseñó esta poesía que siempre está recitando por casa y que suena a música celestial:

Virgen de la Luz
Blanca paloma
Si no tienes ramo
Toma mi corona
Mi corona es muy sencilla
Pero no tiene claveles
Pero tiene pensamientos
Para cuando el cielo me lleve.

Por ello le doy las gracias a mi madre. El amor y respeto por lo nuestro se guarda siempre desde que nacemos y eso en Arroyo sabemos hacerlo muy bien. Nada más tienes que ver a nuestros jóvenes, cargando tu imagen cada vez que sales en procesión. Llevamos desde pequeños a la Virgen de la Luz en nuestra sangre, en nuestros genes, en nuestra mente y en nuestro corazón. Nuestra devoción no tiene límites y eso es lo bonito de ser arroyano. Por ahí dicen que la devoción que hay en Arroyo por su Virgen traspasa cualquier frontera, y es verdad. Eres nuestro tesoro más preciado. Eres nuestro emblema, el emblema de Arroyo de la Luz, ese pueblo del que estoy tan orgulloso y del que presumo cada vez que puedo.

Virgen de la Luz no permitas esas guerras macabras e inútiles que hay en la actualidad. Vela por aquellas personas enfermas y sus familias que sufren cada día. Te pido trabajo para todas esas familias que no lo encuentran, ayúdales. Protege a esas mujeres que sufren la violencia y el miedo en sus casas y promueve la igualdad entre nosotros. Guía a nuestros jóvenes por el camino adecuado, para que aprendan los valores que nos inculcaron nuestros padres de la bondad, la justicia y el respeto a los demás. Haz que la vida de nuestros mayores sea digna, ellos con su trabajo y sacrificio a lo largo de los años se lo han ganado. También te pido por nuestros difuntos, que no se vayan para siempre y que, aunque no los veamos, sigan a nuestro lado y gocen de la vida eterna en el Reino de los Cielos. Cuida de los arroyanos que tuvieron que emigrar hace años, ellos sufren por estar lejos de su pueblo. Te pido por mi pueblo, Arroyo de la Luz y por todos mis paisanos. Que todos estemos orgullosos de serlo y que llevemos nuestra cabeza bien alta allá donde vayamos. ¡Qué suerte hemos tenido de nacer aquí! ¡Arroyo, cuánto te quiero!
Hay tantas cosas que quisiera pedirte mi Virgencita de la Luz, que no terminaría nunca…
Tú y yo tenemos muchos lazos de unión. Te coronaste un 23 de abril de 2006 y ese mismo día me casé. Más tarde, elegí la ermita para bendecir mi matrimonio por la Iglesia. Mi asociación, APyF, también ha sido bendecida ante tu presencia en el Año Jubilar. Y al final de este camino, tu agua bendita llegó en forma de Lluvia a mi casa. Estoy agradecido por ello, no puedo pedir más, y siempre estaré a tu lado para sentir ese cosquilleo que sentimos los arroyanos cuando te tenemos cerca. Eso se llama AMOR. Eso se llama FE. Eso se llama PASIÓN.
Es tanto lo que siento por ti que casi no puedo describirlo, aunque sí recitarlo:

Es un honor muy grande
recitar este pregón
se lo dedico a mi Virgen,
y a mis paisanos con fervor.
Lo hago desde la humildad,
estas letras son pura pasión,
el mejor día de mi vida
recibirte desde este balcón.
Delante de todo un pueblo
que me escucha con atención.

Virgen de la Luz bendita
tú guardas nuestras almas
proteges nuestras vidas,
bella entre las damas;
tu cara no se olvida
por la noche tú me hablas,
me iluminas cuando miras
esa luz en tu mirada,
cuando entramos en la ermita
ese cosquilleo que entra
cuando te hablo, tú me animas,
esa alegría que emanas
con palabras no se explica.

¡Luz de Arroyo, te quiero!
sin ti mi alma marchita,
estaría miedosa y silente,
sin fuerzas y desconocida.
Estás en nuestra mente,
en nuestra boca, en nuestras vidas,
y esperamos cada año
muy pacientes tu visita.

Recorrer ese camino solo
entre la tierra y las encinas,
toda esa gente andando
volviendo de la ermita
con esas caras repletas
de amor y sin fatiga.
Truene, llueva o haga viento,
obligada es la visita
a la Virgen de la Luz
nuestra Patrona del alma querida.

Queremos verte Luzena,
la corredera se ilumina,
con esos ojos grandes
que nos ven y que nos miran,
entre rosas y claveles
todavía pareces más linda
bajo este arco de flores
tu belleza se multiplica.
Que permanece entre nosotros,
miles de personas vibran
en la Iglesia de la Asunción
podemos verte 9 días.
Y acudir a las novenas
donde se oyen cantes y Misa
disfrutando todo el pueblo
de tu presencia y de tu brisa,
adorada y aclamada entre la gente,
enamorados de tu cara y tu sonrisa,
que llega a todo el mundo,
a los que más te necesitan,
ancianos, enfermos y niños
y a aquellos arroyanos que emigran.

Esa Fe que mueve el mundo,
esa Fe que nos hace suspirar,
soñando contigo cada noche,
tu imagen humilde nos acoge
y nos llena de gozo tu bondad.

Estrella rutilante de dulzura
en la tierra o en el cielo,
no nos abandones nunca
a los arroyanos y a tu pueblo,
extiende tu manto en las alturas,
Luzena, escucha mis anhelos,
para sentirte y tenerte cerca,
para siempre en mis recuerdos
y para recibir tus bendiciones
y ese amor tan verdadero.

Te llevamos en el cuello y en el coche,
esas medallas grabadas a fuego,
pagadas con esfuerzo y sacrificio,
escuchamos los latidos y el recuerdo
de tener el emblema de Arroyo
siempre colgado en el pecho.

Que nuestros rezos alcancen tus oídos,
que mis plegarias tengan tu gratitud,
porque el amor que sale de tus ojos
para nosotros es un rayo de luz,
que ilumina nuestras vidas,
que soporta nuestra cruz,
confiando en ti alma mía,
tu pueblo, Arroyo de la Luz,
solo te pido una cosa Madre,
DANOS A TODOS SALUD.

REZAD TODOS CONMIGO
Dios te salve María
llena eres de gracia
el Señor es contigo;
bendita tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora
de nuestra muerte. Amén

Madre purísima del alma
mi corazón siempre levita
cuando te tengo tan cerca
y mis rezos te suplican
que nos ayudes y protejas,
mis cuerdas vocales vibran
cantando esa salve hermosa
entre la gente que grita
¡¡VIVA LA PATRONA DE ARROYO!!
¡¡VIVA LA VIRGEN DE LA LUZ, VIVA!!


Foto: Martín Panadero
Foto: Martín Panadero

martes, 2 de abril de 2019

26. EL CRONISTA: "DON JOSÉ CORDOVÉS Y SU LUCHA POR EL INSTITUTO LUIS DE MORALES"

Por Francisco Javier García Carrero
           Cronista Oficial de Arroyo de la Luz
Don José

En el presente curso 2018/19 tiene lugar el 50 aniversario de nuestro Instituto de Enseñanza Secundaria Luis de Morales, una fecha emblemática que el actual equipo directivo más el equipo de profesores, con la complicidad de un buen número de antiguos alumnos, están celebrando por todo lo alto. Precisamente este mes de abril, entre el día 1 y el 5, tendrán lugar los actos centrales de conmemoración de su cincuenta aniversario. Exposiciones de distintos tipos, concursos, conferencias, proyecciones varias, además de un hermanamiento lúdico entre profesores y alumnos de diversos cursos académicos conforman un programa apretado de actividades de lo más recomendable.
Ya sé que no hace tantos meses Máximo Salomón, aprovechando su excelente memoria, había referido en alguno de sus escritos (El cura de San Antón, Del Brocense al Luis de Morales) diversas notas que recogieron la importancia de Don José para que nuestro instituto se quedara en Arroyo y no se trasladara a ninguna otra población cercana. De la misma forma, aportaba nombres de antiguos profesores y alumnos en un ejercicio de memoria histórica en el que la nostalgia y los recuerdos agradables procuraban estar siempre muy presentes.
No obstante, no quiere dejar este cronista la ocasión de aportar algunos datos nuevos para la globalidad de la población sobre nuestro instituto, insistiendo fundamentalmente, en la importancia que tuvo don José Cordovés para que el centro se quedara en Arroyo y no se marchara a ninguna otra localidad. Con seguridad este dato no ha sido lo suficientemente valorado por el pueblo. Nada nuevo, ya que en numerosas ocasiones Arroyo no es muy dado a poner en valor lo que los “arroyanos” hacen por su localidad. En cambio, esta importancia que tuvo don José sí le fue reconocida, y en vida que es lo más transcendental, por “su instituto”, cuando el día de su jubilación la biblioteca del I.E.S Luis de Morales tomó el nombre de D. José Cordovés Sánchez.
Memorias de Don José
Para poder completar este artículo he utilizado casi exclusivamente unas memorias de don José que me llegaron no hace tanto tiempo a través de Quintín Casares, al que agradezco desde aquí su deferencia. Se trata de un pequeño dossier de 28 páginas que el profesor de religión y cura de San Antón tituló “In memoriam del Instituto de Enseñanza Secundaria Luis de Morales de Arroyo de la Luz”. Un texto de lo más interesante que dividido en dieciocho apartados le fue encargado por el que fue durante muchos años su compañero de filosofía y posterior director del Instituto entre los años 2000 y 2011, Joaquín Paredes Solís.
Y es que esas 28 páginas son bastante más que un mero repaso memorístico del proceso de llegada de este centro educativo a Arroyo. Efectivamente, y quizás lo más importante, además de una pelea incesante de don José para que la sección del instituto no se marchara de Arroyo y se convirtiera en Instituto de Bachillerato, fue la lucha constante, y desde el primer momento de su llegada al pueblo, el 17 de enero de 1959, por tratar de elevar el nivel cultural en la localidad, “el problema de la cultura en Arroyo”, que diría el cura-párroco.
Y es que Arroyo a pesar de ser una de las localidades de mayor importancia de la provincia, en aquellos años carecía de lo más básico desde el punto de vista de la cultura. Esta ausencia cultural provocaba que, a pesar del número tan elevado de habitantes que siempre habíamos mantenido a lo largo de la historia, el número de estudiantes era proporcionalmente muy bajo, y lo que era más grave, centrado en exclusividad en los hijos de las clases pudientes de la localidad, alumnos que se matriculaban en colegios de Cáceres. También recuerda que había algunos, en número también muy reducido, que estudiaban “por libre” y con la ayuda de lo que él mismo denomina en su escrito “buenos Maestros Nacionales”.
Esta fue la situación precaria que se encontró don José a su llegada a Arroyo. Como bien recuerda, ni las Escuelas Nacionales tenían un buen número de libros, ni tampoco existía una biblioteca pública, ni nada que se le pareciese. Por lo que su primera actuación en la búsqueda de la cultura, y una vez asentado en su parroquia de San Antón, fue tratar de dotar al pueblo de una buena colección de libros. Pero para ello había que buscar un espacio que albergara esa biblioteca. La entrevista con el alcalde, Julián Olgado Macías y algunos concejales no se hizo esperar, la respuesta de la alcaldía le dejó completamente frío ya que según ellos no existía local alguno. No obstante, don José les sugirió el de Falange, Frente de Juventudes, que por entonces estaba sin uso importante. “Ese local no es del Ayuntamiento, es del Movimiento”, fue la respuesta del alcalde, “qué sarcasmo, un local del Movimiento y ahora se encuentra muerto, sin vida, sin movimiento”, diría nuestro párroco con un juego de palabras que demostraba su amplio nivel cultural. No cesó en su empeño en pos de la biblioteca durante muchos años más, volviendo a la carga durante la Transición y hablando con políticos regionales y locales hasta lograr su ansiada biblioteca en el espacio que hoy día ocupa.
 En paralelo a aquella lucha, y entre los años 1963-1965, y una vez que tuvo conocimiento de la existencia de un local amplio que podría utilizarse como espacio  de enseñanza en la villa, don José apostó en ese momento por lo que denominó una “Escuela Profesional”, un centro de estudio precursor del instituto futuro y que podría situarse en la calle Luis Chaves nº 3; es decir, donde se ubicaba la Fundación de Santa Julia y San Lorenzo (casa de don Ciriaco). Allí, además de la finalidad para la que fue fundada, él sugirió, ya que las necesidades básicas de los arroyanos habían mejorado bastante, que podría utilizarse también para ofrecer “clases de formación, de cultura general” a los más jóvenes, además de la enseñanza de alguna profesión como podría ser la de carpintería. Según don José existía de todo en la villa, dinero, materia prima (madera que corta el Patronato en una finca de Talayuela), carpinteros en el pueblo, y él mismo se ofrecía para dar las clases de manera gratuita a todos los jóvenes que lo necesitaran. Para impartir esas enseñanzas también se mostró solícito don Vicente Amador, Maestro Nacional.
La respuesta positiva a tan magnífico proyecto tampoco llegó, “esa no es la función del Patronato”, le dirían sin muchas más explicaciones. Don José no calló y respondió que si ya no había esa necesidad de ofrecer ayuda a los pobres, porque cada vez había menos, se podía solicitar una modificación al Patronato y dedicarlo a un nuevo servicio para los jóvenes, o lo que era lo mismo, enseñarles a trabajar a la vez que abandonaran su “pobreza cultural”. Esa argumentación le fue tachada por un miembro del Patronato, aunque no ofrece su nombre, de ser un “cura comunista”, y aquello durante esos años no era cualquier adjetivación. Nuevo fracaso, al igual que lo fue un nuevo intento por lograr para Arroyo una Universidad Laboral en los terrenos que fueron de la Pedrera, otra posibilidad que también se quedó en el limbo.
Mayor suerte tuvo Arroyo con la “Sección Delegada” adscrita al Instituto Brocense de Cáceres. En este momento aparece en sus memorias el nombre de otro personaje clave para que esa Sección estuviese en nuestro pueblo, Daniel Serrano García, delegado provincial del Ministerio de Educación y Ciencia en aquel instante. Aquello fue un “verdadero regalo” en palabras de don José. Ahora sí, el Ayuntamiento ofreció el terreno que poseía para la celebración del mercado de ganado de las ferias anuales. Y, efectivamente, de esta forma llegó la tarde histórica, el día 24 de febrero de 1966, la jornada en la que se colocó la primera piedra de nuestro futuro instituto. Allí estaba don José, como autoridad religiosa, además de otras personalidades políticas y militares como fueron el gobernador civil, el presidente de la Diputación, Guardia Civil y Ayuntamiento en Pleno. Además de la firma, como era costumbre cuando se levantaba un edificio nuevo, allí quedó perfectamente enterrada la prensa diaria, además de distintas monedas y billetes de curso legal.
Don Ciriaco

Don Julián

El proceso de construcción no fue un asunto exento de dificultades. No se había construido la primera planta cuando surgieron diversos problemas que don José denomina “políticos” (Falange de Malpartida y Brozas que quieren llevarse la sección a sus respectivos pueblos). También pusieron sus correspondientes trabas otros organismos como la Cuenca Hidrográfica del Tajo que argumentaba que el edificio estaba demasiado próximo al río. Ninguno de estos inconvenientes fueron lo suficientemente importantes para detener las obras que continuaron a buen ritmo. Tan es así, que el día 19 de octubre de 1968, el día después de san Pedrino, dieron comienzo las clases en la flamante Sección Delegada del Instituto de Bachillerato El Brocense.
El número de alumnos para aquel primer año fue espectacular, todavía recuerda don José los comentarios de muchas madres arroyanas que señalaban abiertamente “he sacado a mi hijo de la Escuela y lo he llevado al Instituto porque estos profesores que vienen de Cáceres son más listos”. Y así se inició el primer curso escolar con clases separadas, como marcaba la costumbre de la no coeducación, y con horario de mañana y tarde. Alumnos, además de los arroyanos, comenzaron a llegar desde Malpartida, Aliseda, Salorino, Brozas y Navas del Madroño. Con excepción de los locales todos traían en sus maletas, además de los cuadernos y libros, los bocadillos para comer al mediodía, ya que no regresaban hasta terminada la jornada de tarde.
Una de las primeras promociones
Escena de teatro
Cuatro cursos académicos llevaba funcionando el centro, cuando en la primavera de 1972 nuevos nubarrones acecharon a la Sección Delegada. En los primeros días de marzo se personó en el instituto Antonio Avilés, inspector del Distrito Universitario de Salamanca para las provincias de Ávila y Cáceres. Aquel día al claustro de profesores se le indicó que corría peligro la Sección de Bachillerato para la localidad. Antiguos fantasmas volvieron a aparecer, y la mayor parte del claustro quedó profundamente preocupado, se podía perder la Sección que se trasladaría a otra localidad, quedando ese espacio para Colegio Nacional de Educación General Básica. Ante esa tesitura de nuevo don José se puso al frente de sus compañeros para que esa situación no se produjera, aunque también recuerda que no todos apoyaron esta decisión por motivos, digamos, poco elegantes.
Comenzó las gestiones, había que hablar con la Directora General de Ordenación Educativa del Ministerio en Madrid, María de los Ángeles Galino Carrillo. El problema estaba que si se mandaba una carta ordinaria al Ministerio, quizás nunca llegara a su poder y quedara traspapelada en la mesa de su secretaria. Don José tenía redactada la carta con la exposición de motivos para que la Sección no se perdiese y convertirla, de paso, en Instituto propio de Bachillerato, pero lo que realmente ansiaba era que la misiva le llegara personalmente a ella, y para ello necesitaba conocer su domicilio particular. Y después de varias gestiones don José lo logró. Recuerda perfectamente que el día 10 de marzo de 1972 por correo certificado salió su escrito.
Para hacer más efectiva esta gestión un día después escribió a Pedro Caba Landa al que también solicitó ayuda para lograr el fin, y dada la amistad que el filósofo mantenía con Villar Palasí, ministro de Educación y Ciencia y al que también le sugirió que el nombre del nuevo instituto podría llevar el calificativo de Hermanos Caba. No tardó en contestar el pensador arroyano que con su natural modestia le señaló “No tiene alguna importancia que el Instituto lleve el nombre nuestro u otro. Lo importante es que logremos entre todos este instituto que vendrá a dar a Arroyo el nombre y la jerarquía docente y cultural que merece”.
Por supuesto, también don José presentó escrito oficial en el Ayuntamiento, dirigido al alcalde y a la corporación municipal, al Delegado Provincial del Ministerio de Educación (Ramón Godés Bengoechea); gobernador civil (Valentín Gutiérrez Durán); al procurador en Cortes y alcalde de Cáceres (Alfonso Bustamante); al presidente de la Diputación, también procurador en Cortes y que había estado en el acto de colocación de la primera piedra (Martín Palomino Megías); a otro procurador en Cortes (Felipe Camisón Asensio); y al inspector jefe de Enseñanza Primaria, y arroyano de nacimiento Francisco García Carrasco. Muchos de ellos, acusaron recibo de carta y algunos no tardaron en comunicarle que “realizarían gestiones oportunas para que el centro se quedara en Arroyo de la Luz”
Después del envío de su puño y letra de todas esas misivas, la siguiente actuación fue conformar una comisión del pueblo para visitar de manera oficial al delegado provincial de Educación y Ciencia. Fue el día 18 de mayo de 1972, y la embajada arroyana la componía, además de don José, y menos mal que estuvo él allí, el alcalde, Julián Olgado; uno de los concejales y a su vez director de la Escuela Nacional, Justiniano Sánchez de la Calle; uno de los profesores del centro, Luis Martínez Sierra; y el presidente de la Asociación de Padres, José Bañegil García.
La reunión comenzó con el delegado Ramón Godés Bengoechea de manera muy cordial pero pronto acabó siendo muy “dura”. Sabía el delegado de las numerosas cartas que don José había enviado a las autoridades provinciales, incluido a él, pero desconocía las gestiones completas del cura de San Antón. “Ya he visto que no ha parado de enviar cartas a todas las autoridades provinciales”, diría el delegado de manera distendida. “Y a las nacionales”, contestó don José. Escuchar esa frase y cambiar el rictus del delegado fue todo uno. La amabilidad inicial se tornó en dureza, “Yo no puedo crear un instituto en Arroyo de la Luz”, argumentó que no había escolares suficientes. Cuando le demostró don José que el número de alumnos sobrepasaba, con holgura el mínimo requerido de manera oficial, el delegado trató de desviar el argumento y, dado que estaba allí el director de las Escuelas, señaló que “lo que hace falta en Arroyo es un nuevo colegio de Educación General Básica”. En ese instante don José se sintió muy solo y nulamente apoyado por el resto de la comisión oficial. Ninguno de ellos mostró desagrado alguno por esas palabras, “¡por favor!”, espetó don José sin esperar mucho más, “esta comisión viene a defender nuestro instituto de Bachillerato, y no convertirlo en colegio”. La reunión concluyó sin concretar nada más, y con don José verdaderamente preocupado.
No obstante, don José siguió en contacto con el inspector Antonio Avilés del que estaba seguro había realizado las gestiones oportunas para que fuese Arroyo el destinatario final de nuestro instituto. Concluyó el curso académico 1972/73, y los dos siguientes de 1973/74 y 1974/1975 con “temidos presagios”. Pero cuando estaba a punto de iniciarse el de 1975/1976 llegó la noticia que más esperaba don José y una gran parte de la población. La Sección Delegada se transformaba en Instituto de Bachillerato y se quedaba definitivamente en Arroyo. La noticia le llegó al cura de San Antón a través de su compañero el párroco de San Sebastián Vicente Bolinche que acaba de leerlo en la prensa del día. Rápidamente don José se puso en contacto con el alcalde, Manuel Floriano, para señalarle que se deberían cursar telegramas de agradecimiento a todas las personas que habían facilitado ese gran acontecimiento, aunque resulta más que evidente, y a la vista de todo lo que estamos señalando, que el que más había batallado por el centro era él mismo.
Llegó el primer director del instituto, Juan Castell Quiles, que nombró a Tirso Moreno Garrón, profesor de Física y Química, como jefe de estudios y a César González Valverde, profesor de Lengua, como secretario. El siguiente paso fue menos importante, pero bastante entretenido en el claustro, bautizar con un nombre al que era ya flamante Instituto de Enseñanzas Medias. Nos recuerda don José, que además de Luis de Morales, estuvieron encima de la mesa otros muchos nombres, a saber, Hermanos Caba, Fernando Ramírez Sánchez, Isidoro Marín Bullón y Figueroa (estos dos últimos arroyanos que fueron obispos en América); Juan del Arroyo, Francisco del Arroyo, Bartolomé Blanco de las Llagas, Alonso Blázquez, Juan de la Cruz, Fernando Flores, Juan Molano, Fernando Parrón y Alonso de los Santos (todos ellos arroyanos religiosos misioneros en América o Filipinas). Sometida a votación, y al margen que existían más espacios en la villa con ese nombre el claustro se decantó por el más conocido de todos ellos, Luis de Morales.
Resulta evidente que después de todo lo escrito el pueblo estará en permanente deuda con don José, porque raro será el arroyano que no haya pisado las aulas del Luis de Morales, y antes de emprender otros “vuelos”. Para mí el centro siempre ha sido mi instituto, allí me formé a partir del curso 1977/78, allí conocí a la que es mi compañera de viaje, y allí he vuelto en alguna ocasión para dar a conocer uno de mis libros. Recuerdo con perfecta nitidez al personal administrativo, J. Antonio Calderón, a la inolvidable Eloísa Moreno Blázquez, a la que tanto hacíamos enfadar, a todos los que fueron mis compañeros de aula, y a una gran parte de mis profesores, además de los dos nombrados anteriormente, Tirso y César, ambos presentes en mi última presentación de un libro en Cáceres; a Mariano, Miguel Ángel Uzquiza, posteriormente senador por el PSOE; a otros que se marcharon demasiado pronto como Miguel o Bele; a María Isabel García, con la que aún mantengo contacto habitual; José Fragoso, Desamparado, David, o Belén Martín Hernández, una magnífica profesora de Historia, y que llegó a ser la directora durante un curso académico, precisamente el último de mi estancia allí, 1980/81.
César González. Profesor
María Isabel García. Profesora
Tirso Moreno. Profesor
 Don José terminó sus memorias sobre el instituto un 20 de marzo de 1999, hace ahora 20 años. Además de dar las gracias una vez más a todas las personalidades que anteriormente hemos ido citando, mostró también su agradecimiento por las distintas gestiones realizadas a Santos Salomón Jiménez, a Juan Ramos Aparicio y a todos los directores y claustro de profesores que han trabajado durante todos estos años. Además hacía un último y encarecido ruego, “que todos amemos siempre a nuestro Instituto de Enseñanza Secundaria Luis de Morales”. Y que, “IN AETERNAM MEMORIAM ET CUM MAGNO GAUDIO HAEC OMNIA SCRIPTA FUERUNT” (Estas cosas fueron escritas con gran alegría y para toda la eternidad). Que así sea, don José.  

Final de las memorias (1999)