Resulta innegable que la situación que estamos viviendo, y padeciendo, en Arroyo dejará una huella indeleble en varias generaciones de nuestra localidad. A pesar de ello, puedo aseguraros, porque he estudiado en profundidad el pasado y la idiosincrasia de la sociedad arroyana, que el espíritu de sacrificio que siempre hemos demostrado a lo largo de la historia nos llevará a vencer una vez más en esta grave crisis.
Nuestros paisanos, a pesar de lo insufrible de la epidemia que padecemos y de las muchas lágrimas que tendremos que derramar todavía, son luchadores, tenaces y profundamente trabajadores (y los mejores ferrallas, también), por lo que poco después que se restablezca la normalidad volveremos a levantarnos como un pueblo que provocará admiración, como siempre ha sido a lo largo de la historia.
Así lo hicimos, por ejemplo, cuando la villa fue ocupada y destruida su ermita, su Virgen y su Cristo por los franceses en 1809. Poco después, y con enorme sacrificio colectivo, volvimos a levantar la ermita y volvimos a poder venerar las que son actuales imágenes de la Virgen de la Luz y del Cristo de la Expiración.
Y lo volvimos a repetir después de la terrible epidemia que asoló el pueblo en 1855. Solo en el mes de septiembre de aquel año fallecieron por "cólera morbo" 116 arroyanos, y a lo largo de toda la epidemia más de 200. Una auténtica tragedia, pero el arroyano no se amilanó y volvió a resurgir de su fatalidad.
Por eso, quiero dejaros muestra de una fotografía muy antigua de nuestro pueblo, de las más antiguas que existen no siendo familiares, es del año 1900. Algunos de los paisanos que observas también conocieron aquella terrible pandemia, pero ahí estaban ya, al pie del cañón, después de trabajar, laborar por la villa están ahora divirtiéndose con las corridas de toros en una Plaza Nueva llena de carros, y haciendo de nuevo de Arroyo un pueblo lleno de LUZ.
Por último, quisiera dar también miles de gracias por el seguimiento que habéis tenido con la anterior entrada. Tener casi 600 interacciones, entre gustas y mensajes, y sobre todo, que 152 personas, a día de hoy, lo hayan compartido como suyo propio en sus muros personales me llena de gran alegría.
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