Por Eladio Sanjuán
El rincón del poeta
Extremadura, jardín y luz de la alborada
fuentes de riqueza bajo el azul cósmico del cielo,
y el brillo imantado de unos ojos
como la bella y dulce enamorada.
Me dueles tanto, Extremadura,
fuentes de riqueza bajo el azul cósmico del cielo,
y el brillo imantado de unos ojos
como la bella y dulce enamorada.
Me dueles tanto, Extremadura,
en la honda y vital caja del pecho,
que me vierto en amor, deseos y furia incontrolada,
si alguien osa ofenderte, herirte, o tirarte por los suelos.
Que no te olviden tierra mía,
mi sol, mi luna y mi mañana,
mi tarde de arreboles, de encinares y ensueños.
Yo me rompo en quererte,
y me arranco la voz enamorada.
Salgo de la nada, niña mía, te lloro por amor y te venero.
Pongo mi lucha a tu servicio,
que me vierto en amor, deseos y furia incontrolada,
si alguien osa ofenderte, herirte, o tirarte por los suelos.
Que no te olviden tierra mía,
mi sol, mi luna y mi mañana,
mi tarde de arreboles, de encinares y ensueños.
Yo me rompo en quererte,
y me arranco la voz enamorada.
Salgo de la nada, niña mía, te lloro por amor y te venero.
Pongo mi lucha a tu servicio,
azahares de Luz y flor de las montañas.
Recuerda, tierra nuestra, tierra mía, te queremos y te quiero.
Y no permitiremos tus dolencias, tus penas,
Recuerda, tierra nuestra, tierra mía, te queremos y te quiero.
Y no permitiremos tus dolencias, tus penas,
ni que nadie te ofenda, flor de jara.
Estoy aquí. Estamos para amarte, flor de espliego,
Estoy aquí. Estamos para amarte, flor de espliego,
sonidos de la noche y la mañana,
entre flores azules del romero.
entre flores azules del romero.
maravilloso el poema
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